Evgeny Sosnovsky y su familia se quedaron prácticamente sin nada. La suya fue una de las muchas viviendas de Mariupol arrasadas por la artillería rusa en las primeras semanas de invasión. Gracias a un viejo transistor, pudieron escapar de aquel infierno. Serhiy Chesniuk no ha salido de Balaklia. La suya fue también una ciudad ocupada por los rusos. En septiembre fue liberada, pero la emisora local que puso en pie aún no ha podido recuperar sus emisiones. Toda su infraestructura quedó destruida. Serhiy aún sueña con volver a ponerse delante del micrófono.